Cuando el hijo de Judith, Jerwin, jugaba fútbol en Carolina High, todo su equipo podía escuchar si ella estaba en las gradas.
“Yo gritaba, '¡Vamos! ¡Vamos!', y estoy gritando y gritando… ¡y él anota! Si no podía hacer un juego y perdían, el equipo le decía: 'Es porque tu mamá no estaba aquí'”, se ríe.
La implacable efusión de motivación de Judith se extiende mucho más allá de los deportes de sus hijos: es una parte vital para ayudar a su familia a tener éxito como madre soltera, y ella comprende la importancia de rodearlos con muchas influencias positivas.
Una comunidad efectiva actúa tanto como animadora como entrenadora, abrazando a sus vecinos con un brazo alentador y abordando las necesidades de cada generación. Hispanic Alliance ha satisfecho las necesidades y proporcionado recursos para la familia de Judith en momentos críticos de sus vidas, reforzando su misión de crear un futuro estable y empujar a sus hijos a convertirse en hombres jóvenes ejemplares.
Después de crecer en Colombia, Judith se unió a su familia en Massachusetts en 1996, donde se enteró de un hecho doloroso: su diploma de escuela secundaria y cuatro los certificados técnicos no tenían una equivalencia fácil en los Estados Unidos. Los empleadores estadounidenses valoraban los diplomas por encima de las habilidades y la experiencia, y esta verdad se ha quedado con Judith desde entonces.
“Luché muy duro para tratar de salir adelante”, recuerda.
Después de dejar una relación abusiva con su ex esposo, se mudó a Greenville con sus tres hijos, Eduardo, Jerwin y Jeysner, muy endeudados. A través de nuestras clases de educación financiera básica, aprendió cómo evitar futuras deudas de tarjetas de crédito y conoció a profesionales financieros hispanos con la misión personal de equipar a las familias para que tengan éxito. Se la conectó con SC Legal Services, miembro de la red Hispanic Alliance, que le brindó gratuito asistencia en caso de quiebra, lo que le permitió reiniciar sus finanzas de forma independiente.
Judith estaba decidida a que sus hijos tuvieran éxito mediante la comprensión de la educación necesaria para progresar en los Estados Unidos. Una clave de su éxito es su confianza en la comunidad: la voluntad de buscar información y pedir ayuda, en lugar de luchar por su cuenta:
“Te preguntas, '¿Cómo logro lo que quiero lograr?' Si no preguntas, siempre vas a estar buscando algo toda tu vida”.
Cuando Jerwin se unió a la clase inaugural de Student DREAMers Alliance (SDA) como estudiante de último año, Judith esperaba que Hispanic Alliance pudiera llenar el vacío en recursos y tutoría que ella sola no podía proporcionar. Jerwin prosperó en el currículo de liderazgo único de SDA, rodeado de compañeros motivados, personal del programa dedicado y una gran red de aliados en el mundo de la educación. Ahora está en su tercer año en USC Upstate.
“Student Dreamers Alliance me dio un empujón en mi camino para avanzar en mi educación y mi sueño de convertirme en analista de datos comerciales”, dice Jerwin.
“Estaba tan emocionada de llevarlo a la universidad. ¡Fue el momento más feliz de mi vida!” Judith sonríe.
Después de presenciar la experiencia de su hermano, su hermano menor Jeysner se unió a SDA Class 3 y se graduó con múltiples ofertas de becas. Incluso siguió los pasos de su madre y asistió al seminario taller para empresarios de nuestro Equipo de Estabilidad Financiera este otoño.
“Me encanta”, exclama Judith, “porque quiero que sigan buscando ayuda de gente profesional, y a la vez, que ayuden otro gente. Sin su ayuda, no sé si lo hubieran logrado”.
Los hijos de Judith fueron los primeros hermanos en completar SDA y son los primeros en su familia extendida en asistir a la universidad. Con una organización de apoyo a su espalda, Judith puede concentrarse en enseñarles lecciones de carácter, que reflejan de cerca cómo la Alianza Hispana ve nuestro papel en la comunidad.
“Les enseñé a amarse y apoyarse, y que todos juntos saldremos adelante”.
Mientras la Alianza Hispana Celebra una Década de Familia, queremos honrar a la familia de Judith como una familia de la Alianza Hispana: una que se siente cómoda recibiendo y retribuyendo en igual medida.
“Tengo un corazón de malvavisco*”, admite sonriendo. “Cuando trato de ayudar a los demás, doy todo de mí, porque nunca sabes dónde vas a estar. Trata de olvidarte un poco de ti mismo”, insiste, “¡y convierte tu corazón en un 'corazón de malvavisco'!”.
Al reflexionar sobre los próximos diez años para sus propios hijos, Judith afirma: “Quiero que cumplan sus sueños y ustedes han sido parte de ellos cumpliendo sus sueños”.
Los estamos animando - casi tan fuerte como Judith.
*Tengo un corazón de malvavisco.
